Choque de las Big Tech, unicornios heridos y el colapso de las criptomonedas

Cambio de tendencia y la tormenta perfecta

En las últimas semanas se informaron despidos en compañías globales de todos los tamaños. No estuvieron ajenas ni siquiera las más grandes, como Amazon, Apple, Google, Meta, y las vinculadas al multimillonario Elon Musk. También en la Argentina hay casos como Tiendanube, Ualá, Lemon Cash y Kavak.

Algunos de esos despidos corresponden, según las empresas, a reestructuraciones porque quedaron sobredimensionadas. Es cierto que el negocio para muchos se achicó, y su crecimiento se moderó. La coyuntura global hoy no les da el viento a favor con el que contaban hasta hace algunos meses.

La razón de este recorte masivo de personal se encuentra, según el periodista Sam Tonkin del Daily Mail, en un “triple contratiempo” formado por la ralentización de la economía, la inflación y el final del crecimiento experimentado por las compañías tecnológicas durante la pandemia; crecimiento ligado, entre otras cosas, al auge del e-commerce y del teletrabajo.

A ello se suman, según Retail Banker International, las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, la amenaza de una regulación mayor de la actividad de las tecnológicas y el aumento de los tipos de interés.

Según estimaciones, el sector tecnológico ya despidió más de 120.000 empleados en lo que va del año. Para dimensionar, cuán explotó la burbuja de las puntocom se produjeron unos 100.000 despidos. Es decir, a nivel empleo es aún mayor lo que se está perdiendo esta vez.

Criptomonedas y “cuevas”

Dentro de las tecnológicas en crisis hay que contar a las empresas que operan criptomonedas. Luego de un 2021 de oro, hoy atraviesan un momento de incertidumbre total. Los precios de los principales activos, como Bitcoin y Ethereum, están por el piso si se los compara con los récord que mostraron hace un año.

El tsunami que arrasó con los precios de las criptomonedas se llevó puesto a empleos y plataformas de operaciones. El último gran caso fue el colapso de FTX, el segundo mayor exchange del mundo luego de Binance.

La compañía radicada en el distrito de Delaware quedó expuesta con su falta de solvencia y no pudo responder a la desconfianza del mercado.

Según la agencia Reuters, “con un agujero contable que se aproximaría a los u$s 8.000 millones, los clientes de FTX han visto como u$s 1.000 millones se han evaporado de sus ahorros”.

El choque cripto también impactó en “cuevas” de la city porteña. Es que muchas operaban con esos activos para fondear las operaciones de venta de dólar blue. Pero el colapso les pegó fuerte. “Lo mismo pasó con Terra. Había gente con mucha guita ahí, guita que no era propia. Que al crashear no pudieron cumplir sus obligaciones. Y quedaron clientes en la lona”, comentaba un operador luego de la caída de FTX.

¿Futuro incierto?

En virtud del avance que está teniendo la tecnología en nuestras vidas es difícil pensar que haya una crisis profunda. Más bien se ven tiempos de reacomodamientos a un nuevo ritmo de crecimiento, más lento pero constante.

De todos modos no deja de haber incertidumbre. Y no son nuevas las dudas. Hablamos de algunas empresas cuya consistencia está lejos de los modelos tradicionales. Uber es una empresa de transporte que no tiene autos. Airbnb de alojamiento, pero no cuenta ni con una propiedad. Las apps de delivery no tienen personal contratado. ¿Es viable el futuro del empleo con estos modelos?

Quizás la mayor duda esté sobre las criptomonedas. El ejecutivo de una importante empresa que brinda soluciones de omnicanalidad para grandes retailers en la región comentaba a Ámbito que de momento no estaban pensando, al menos de forma concreta, poner en lo inmediato las operaciones cripto en agenda. “Por ahora es solo un negocio de inversores y especuladores, mientras no sirva para intercambio de cosas tenemos dudas”, señaló.